“A mi madre se la
llevó un gripe muy malo… Era joven pero esto le pilló muy débil. Había tenido
seis hijos y uno que se le deshizo antes de nacer… Y había estao el verano
echando huertas…
Cuando le pasó, la
Fermina, no llegaría ni a 11 años y la pobre se tuvo que hacer cargo de la
casa. Daniela, la pequeña, tenía meses. Yo tasamente recuerdo a mi madre muerta
sobre la cama… El abuelo Olimpio lloraba mucho.
Se murieron muchos…
Los enterraban por la noche y mal enterraos [sic]”.
Cuando tomaba
aquellas notas de la boca de mi abuela Flora, hará más de veinte años, copiando
todo lo que podía, sin entenderlo, sin darle toda la importancia que merecía,
no era consciente de que, años después, nos veríamos inmersos en una situación pandémica
similar en 2020.
Yo entonces ni comprendía lo que era “un gripe”, ni
pensaba que aquello pudiera ser tan peligroso. Ahora, puedo comprender algo más
el dolor de mi abuela, de perder a una madre, de quebrarse sueños y proyectos; un
dolor como el que sienten todas las víctimas actuales de este COVID-19. A
ellos, dedico este reportaje. Especialmente, a aquellos mayores que, lejos de
ser cifras, son testimonios de historia que hemos perdido para siempre y que no
podremos escuchar más.
Mi bisabuela Ignacia
fue una víctima mortal de la mal llamada gripe española. Sí, fue una de las
7.000 víctimas mortales en la provincia de Ciudad Real, una de las 270.000
víctimas en España y una de los 40 millones en todo el mundo. Los datos
proceden del artículo “La pandemia de gripe española y otras crisis
demográficas en Daimiel. Estudio cronológico y estadístico”, de Mariano
José García-Consuegra.
Según mis
estimaciones debería de tener entre 30 y 40 años, cuando falleció. Como
singularidad, esta cepa vírica no afectó letalmente ni a ancianos ni a niños,
sino a individuos más fuertes y resistentes: adultos de ambos sexos, con edades
comprendidas entre los 20 y 50 años.
Por citar unos
ejemplos cercanos en la provincia, se pueden encontrar:
En Ciudad Real, “una
familia de honrados jornaleros está siendo, con motivo de la epidemia,
terriblemente zarandeada por la adversidad.
En el transcurso de
cinco días han fallecido dos hermanos de 21 y 24 años respectivamente,
encontrándose también en estado grave la madre, viuda ella y otros dos hijos de
16 años uno, y otro de 27, casado éste hace una semana.” (El Pueblo
Manchego, 15 de octubre de 1918).
En Villamayor de
Calatrava: “En cinco días se ha llevado a siete atacados, entre ellos tres
jóvenes de 15, 19 y 22 años”, (El Pueblo Manchego, 2 de noviembre de 1918).
El medio de
comunicación inglés, BBC, en su artículo “What can we learn from the Spanish
flu?”, viene a decir que las personas ancianas no eran tan susceptibles,
tal vez, porque habían sobrevivido a una cepa de gripe muy similar que había
comenzado a extenderse a través de las poblaciones humanas en la década de 1830.
Siguiendo a los
hermanos Jiménez Ruiz, en su obra: “Fernán Caballero y su historia. Desde su
fundación hasta los inicios del siglo XX”, se puede conocer la penetración
de una epidemia de cólera en Fernán Caballero en la década de 1830 y sus
rebrotes en 1865 y 1885. Considerando que el cólera es provocado por una
bacteria, mientras que la gripe lo es por un virus, es complejo entender la
inmunidad desarrollada por los ancianos que defiende el medio inglés.
Con relación al
rebrote en 1885, episodio epidémico inmediatamente anterior a la gripe
española, El Pueblo Manchego, en su edición del 11 de octubre de 1918, recoge:
“ese año se llevaban la gente muerta en carros”.
En conclusión, queda
acreditado que Flora perdería a su joven madre porque la gripe se cebó con esa
franja de edad, con independencia de su número de partos y del trabajo duro en
el campo.
Y afectó a todas las clases sociales: “y
caen tiples de zarzuela, músicos, obreros, empleados de bancos, oficinistas,
guardias de seguridad, modistas, soldados, ujieres, cobradores, ferroviarios,
telegrafistas, carteros, dependientes de ultramarinos, carboneros, coristas,
tranviarios, peluqueros, municipales, sacristanes, principalmente todos
aquellos que se reúnen en grupo para ganarse el pan con el sudor de su frente,
que suele ser algo más que copioso en estos días caniculares” (El Pueblo
Manchego, 28 de mayo de 1918).
HUBO TRES BROTES PRINCIPALES
En general, en España, y en la
provincia de Ciudad Real, hubo tres brotes principales:
- Primavera 1918, en los meses de mayo y junio. Sin que se tenga constancia de afectados en Fernán Caballero.
- Otoño 1918, el mayor de los tres, en los meses de octubre y noviembre. En los mismos, se acredita la existencia de enfermos de gripe en Fernán Caballero.
- Primavera 1919. Si bien, no hay constancia del tercer brote en Fernán Caballero, en esos mismos meses, el municipio será noticia provincial por otra epidemia: las fiebres de Malta.
Empezando por el primer brote, si
bien días antes, ABC, en su portada del 22 de mayo de 1918, daba la noticia de
una epidemia, es días después, 27 de mayo, cuando la prensa ciudadrrealeña
habla por primera vez de la misma, definiéndola como “la enfermedad de moda”:
“[…]vamos a contarles cómo es la
enfermedad de moda que en forma de brutal epidemia se ha metido en las casas de
Madrid y por haber entrado en todas, absolutamente todas, hemos dado en
llamarla “El soldado de Nápoles”, cancioncita que también está a estas horas,
ya en forma de rollos de planos, ya en la de discos de gramófono, ya en la de
cocineras cantatrices, en todos los pisos de todas las casas de la villa y Corte”
(El Pueblo Manchego, 27 de mayo de 1918).
Indica el diario El País que con
guasa, se bautizó aquella gripe como “Soldado
de Nápoles”, igual que una canción que entonces sonaba en
la zarzuela “La canción del olvido”, y que, como la nueva
enfermedad, era muy pegadiza. Pulse aquí si desea escucharla (https://www.youtube.com/watch?v=VuueuVkJIOE).
El primer municipio en la provincia
de Ciudad Real, en el que se hace referencia de la epidemia, es Piedrabuena, como
se infiere del estudio de la edición de El Pueblo Manchego con fecha 27 de mayo
de 1918.
“Se ha notado la existencia de
una epidemia contagiosa que presenta los mismos caracteres que la de Madrid, de
donde parece ser que ha sido importada; hasta ahora la enfermedad es benigna y
se reduce a un par de días en cama con alta fiebre y otras características de
la infección gripal; siendo tan grande el número de atacados que podemos
asegurar lo han sido las tres cuartas partes de los habitantes de esta
población.
En vista de las causas productoras
de dicha enfermedad en Madrid empieza a abrigarse la creencia de que aquí es
producida por las obras de perforación en la mina “Isabel”; nosotros no pasamos
a creerlo, pero es tal la firmeza de esta opinión en los círculos científicos
que nuestra incredulidad empieza a tambalearse”.
Las noticias de la incipiente
enfermedad se alternaban con las noticias sobre la I Guerra Mundial,
que se recogían en: “Información de la guerra”.
El 1
de junio de 1918 se hablaba ya de gran epidemia en Madrid y el 3 de junio de 1918, aparece también en
Tomelloso, aunque aseguraba el corresponsal en dicho municipio que no se había
dado ningún caso de gravedad.
Interesante momento de la desinfección en la Puerta de Ciruela en Ciudad Real (Vida manchega, 15 de noviembre de 1918).
¿CÓMO PUDO LLEGAR A
FERNÁN CABALLERO?
Siguiendo al medio inglés, BBC, los
viajes aéreos no estaban desarrollados cuando se produjo la gripe
española. Sin embargo, hubo pocos lugares en el mundo que escaparon de sus
horribles efectos. Su paso por los distintos países fue más lento,
transportado por ferrocarril y vapor de pasajeros en lugar de
aviones. Algunos lugares aguantaron durante meses, o incluso años, antes
de que la gripe llegara y causara un terrible número de víctimas.
En el artículo publicado en La
Tribuna de Ciudad Real, “Del cólera al coronavirus: epidemias en Ciudad Real”
con fecha 23 de marzo de 2020, se pone de manifiesto, según Enrique Jiménez,
que “la gripe de 1918 llegó de fuera de España, ya que viajó en tren a
Ciudad Real, con los soldados portugueses que regresaban del frente de Francia
a su país y que hacían parada en estaciones de la provincia”.
Fernán Caballero contaba con
estación de ferrocarril desde 1879, y precisamente para dar servicio a la línea
Madrid-Ciudad Real-Badajoz, que se proyectó con el objetivo de explotar el tráfico
ferroviario de Madrid a Portugal por Badajoz, sin depender del tramo
Madrid-Alcázar de San Juan-Ciudad Real.
Y, de hecho, una de las medidas que
se tomaron contra la pandemia, fue la desinfección de las estaciones de
ferrocarril:
El público a la salida del puesto de desinfección de la estación de Ciudad Real (Vida Manchega, 15 de noviembre de 1918).
“La desinfección de las líneas
férreas” […] “En Alcázar de San Juan, importante estación de empalme, con la
cooperación de la Compañía de MZA dejamos montado un puesto sanitario de
vigilancia para desinfectar a los viajeros enfermos procedentes de puntos
invadidos.” (El Pueblo Manchego, 9 de octubre de 1918).
“En Alcázar de San Juan y en
Valdepeñas se ha montado servicio permanente de médicos en las estaciones del
ferrocarril para viajar y desinfectar a los viajeros.” (El Pueblo Manchego,
11 de octubre de 1918)
Sin embargo, no puede atribuirse
exclusivamente la propagación de la gripe a las líneas de ferrocarril, dado
que, Porzuna, uno de los municipios que será más castigado por el brote de
octubre de 1918, no disponía de conexión ferroviaria.
En este caso, los médicos del
municipio aseguraban, según recoge El Pueblo Manchego con fecha 10 de octubre
de 1918, que “la epidemia ha sido importada de Salamanca por unos sujetos
que llegaron a últimos de septiembre de dicha provincia”.
Asimismo, días antes, el 3 de
octubre, el mismo diario manifestaba que la epidemia “ha entrado por las
fronteras del Oeste”.
Por tanto, dada la conexión directa de
Fernán Caballero con Porzuna, a través de la carretera de tercer orden “de
Almagro a Porzuna” es posible que la propagación de la gripe también
pudiera llegar desde este municipio.
EL SEGUNDO BROTE Y SU LLEGADA A
FERNÁN CABALLERO EN EL OTOÑO DE 1918.
Siguiendo al
principal diario de la época, El Pueblo Manchego, las noticias del segundo
brote en la provincia de Ciudad Real van a llegar cuando aún se ofrecían
noticias de la vendimia y de últimas fiestas populares en los pueblos.
La primera noticia en
la provincia aparecerá el 30 de septiembre de 1918: “La gripe. Desde hace
quince días son numerosísimas las personas atacadas de dicha enfermedad,
registrándose varios casos de defunción entre las personas que padecían
enfermedades crónicas, que se han agudizado con la invasión epidémica actual”.
El 2 de octubre de
1918, se publican las siguientes notas sanitarias:
“Con dirección a
Campo de Criptana, donde se han registrado algunos casos de gripe, seguidos de
defunciones, marchó ayer el inspector provincial de Sanidad, Dr. Fernández
Alcázar.
En Porzuna también se han manifestado algunas invasiones de gripe, con dos o tres fallecimientos, a dicho pueblo irá el inspector de Sanidad inmediatamente que regrese de Criptana.
El Ayuntamiento de
Ciudad Real hace gestiones para la adquisición de un local destinado a lazareto”.
El 3 de octubre de 1918, el doctor
Martín Fernández manifestaba: “asistimos a la segunda desagradable visita, durante el presente año, de la epidemia de gripe, que viene en esta nueva etapa
con peor cariz que en la anterior” […] y en cuanto a lo que sucedería en los
pueblos y aldeas, "allí donde es desconocida toda noción de higiene íntima y
general, escapa a todo cálculo, porque en viviendas donde la mayor y mejor
parte está reservada a bichos, animales domésticos, pues que para ellos se
guardan las mayores atenciones, no ya esta epidemia, sino todos los bacilos y
bacterias patógenas tienen abierta la entrada y el acomodo fácil.”
Ese mismo día,
aparecen críticas al Gobierno:
“El Gobierno no ha
hecho todo lo que pudo y debió hacer, y repetimos, las autoridades locales,
como es natural, han andado a la misma altura del Gobierno y de las supremas
autoridades sanitarias”
Si bien, como explica Jiménez, “el
Gobernador civil de la provincia hizo una rueda de prensa diaria al estilo de
las que están haciendo hoy. En aquel momento eran datos de los ayuntamientos,
en los que se informaban de los fallecidos por municipios por la gripe y las
necesidades que había en cada localidad”, esa información llegó a ofrecerse
relativamente tarde y tras las presiones de la prensa.
A fecha 4 de
octubre de 1918, según el diario manchego, no había comenzado a ofrecerse información de manera clara y transparente:
“Aquí mismo, en
Ciudad Real, del curso de las epidemias en la provincia estamos a cero.
Ignorámus, ingorábimus si el señor Gobernador no dicta severas disposiciones
encaminadas a obtener dato diarios fidedignos y completos.”
Y se solicitaba del
Gobernador Civil:
“dirigir una
circular enérgica a los alcaldes exigiéndoles el envío diario por telégrafo,
teléfono, correo de un parte sanitario donde escrupulosamente se registre todo
o se consigne el “sin novedad” […] Señor Gobernador: que no estamos en
Madagascar ni el siglo onceno; que hay telégrafo en muchos pueblos y una red
provincial que llega a todos los cortijos”.
Los primeros días del
brote de gripe, tanto el Inspector Provincial de Sanidad, como ya se ha
referido anteriormente, como el Gobernador Civil, Fernando Maldonado,
comenzaron a realizar una serie de visitas a los pueblos de la provincia, con
el fin de conocer de primera mano la situación:
“En el mixto de
las dos cuarenta han marchado esta tarde a Daimiel el Gobernador Civil de la
provincia, D. Fernando Maldonado y el inspector provincial de Sanidad Dr.
Fernández Alcázar.
Desde Daimiel
proseguirán su viaje a Argamasilla de Alba, Tomelloso y otros pueblos invadidos
también por las epidemias reinantes para adoptar sobre el terreno las medidas
profilácticas oportunas” (El Pueblo Manchego, 5 de octubre de 1918).
“Iremos si es
preciso el Inspector de Sanidad y yo a todos los pueblos, aún a los más
distantes sin que nos hagan desistir los carromatos ni las cabalgaduras”
(El Pueblo Manchego, 9 de octubre de 1918).
El niño Andrés, único superviviente de la tragedia de El Torno (había fallecido toda su familia a consecuencia de la gripe), con el Gobernador Civil, Fernando Maldonado, en un salón del Gobierno Civil, donde provisionalmente se encontraba recogido (Vida manchega, 15 de noviembre de 1918).
Las visitas del Gobernador Civil y del Inspector
provincial de Sanidad a los enfermos atacados de gripe tenían el
objetivo de adoptar medidas higiénicas y curativas, así como servir de base a
la Junta Provincial de Sanidad, que se celebraba en la sede del Gobierno Civil,
y estaba constituida por el Gobernador Civil, el alcalde de la capital, un
arquitecto o ingeniero civil, dos profesores de la Facultad de Medicina, dos de
Farmacia y uno de Cirugía, un veterinario y tres vecinos en representación de
la propiedad (agrícola y ganadera), del comercio y de la industria.
Pese a ello, continuarían
las críticas, “Solo un milagro de Dios podrá evitar que nos invada la
epidemia, pues nuestras autoridades locales, duermen el más tranquilo y
pacífico de los sueños, sin pensar que juegan con la salud pública”, en
relación con Ciudad Real, según El Pueblo Manchego, de fecha 9 de octubre de
1918.
En estos primeros
días de octubre, no consta Fernán Caballero como municipio afectado que tuviera
que visitar el Gobernador Civil en los próximos días. Es más, si bien
municipios como Malagón y Carrión de Calatrava son visitados por el Gobernador Civil, (22 de
noviembre de 1918), no consta que Fernán Caballero fuera visitado por el
Gobernador Civil y el Inspector Provincial de Sanidad durante los meses de octubre
y noviembre.
Con fecha 9 de
octubre de 1918, el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real (en adelante, BOPCR) publica el
siguiente consejo del Gobernador Civil:
“El Ilmo. Sr.
Inspector General de Sanidad me comunica que la experiencia en algunos sitios
demuestra que se ataja la epidemia de gripe, aislando los primeros casos.
Lo que se hace
público para que los Sres. Alcaldes y autoridades sanitarias locales esfuercen
sus medios para aislar los enfermos y singularmente los primeros casos”.
Días posteriores, el Gobierno Civil, con el fin de recabar toda la información relativa a la gripe en los distintos municipios de la provincia y poderla ofrecer, ordenaba publicar con fecha
11 de octubre de 1918 en el BOPCR:
“Por la presente,
recuerdo a los Sres. Alcaldes de los pueblos de esta provincia la ineludible
obligación que tienen que dar inmediatamente cuenta a este Gobierno Civil de
los primeros casos de enfermedad de gripe u otra cualquiera que se presente en
el término municipal respectivo, así como participar diariamente el curso de
aquellas, expresando el número de casos.
Espero, por lo tanto,
cumplimentarán este importante servicio en la forma que se orden, a fin de no
incurrir en responsabilidad alguna”.
Ese mismo día, la orden coincidía con la declaración de la epidemia en la Península.
Los partes diarios,
bajo el epígrafe de INFORMES OFICIALES, se van a publicar diariamente en El
Pueblo Manchego desde el día 19 de octubre hasta el 8 de noviembre.
Ejemplo de informes oficiales (El Pueblo Manchego, 2 de noviembre de 1918).
Los lectores podrán conocer la evolución diaria de la gripe, salvo excepciones,
como el 23 de octubre de 1918, que serán duramente cuestionadas por la prensa:
“Hoy no podemos
ofrecer a nuestros lectores el resumen sanitario de los pueblos porque esta
mañana no lo tenían ultimado en el Gobierno civil y a la hora de cerrar nuestra
edición tampoco.
Es lamentable que el
Sr. Gobernador Civil no facilite a la prensa con la debida premura estas
informaciones hoy, por desgracia, las más interesantes”.
La primera vez que se
tiene constancia de afectados en Fernán Caballero es en la edición del 19 de
octubre de 1918: “Fernán Caballero. Estacionaria. […]”. Se alcanzaría, según el medio manchego, la cifra de 72 atacados a principios de noviembre.
Gracias a los datos
extraídos de los informes oficiales, se puede elaborar la siguiente tabla
resumen, al objeto de observar la evolución de la gripe en los municipios
colindantes y más cercanos:
Se realizan las
siguientes consideraciones:
- Para
el cálculo de la incidencia, se ha tomado como base la población de hecho
del censo de 1920, de la Dirección General de Estadística del Ministerio
de Trabajo, Comercio e Industria, por ser el año más próximo al episodio
epidémico del que se disponen datos oficiales.
- Se
advierte que la forma de ofrecer los datos de contagiados no es homogénea
en los municipios señalados, desconociéndose la técnica de conteo y la
serie temporal.
- Asimismo,
como señala García-Consuegra, las estadísticas oficiales no siempre
presentaban la realidad como era sino que, en ocasiones, los registros se
encontraban adulterados unas veces por la propia dificultad de la
cuantificación y otras por la intención de las autoridades de ocultar la
dimensión del contagio.
El
hecho de que no se ofrezcan más datos en Fernán Caballero no permite determinar
que no los hubiese. Es posible que, por causas desconocidas, no se hicieran de
forma correcta los reportes al Gobierno Civil por parte de los competentes
municipales, juez municipal, alcalde o médico. Se puede observar que los datos
comunicados por el municipio, además de escasos, no indican la gravedad de los
mismos, como sí reflejan otras localidades.
No
podría justificarse que Fernán Caballero no comunicara los datos por falta de
medios, dado que era una de los municipios que contaba con estación de
telégrafos (El Pueblo Manchego, 16 de noviembre de 1918), en 1917 se había construido
la línea de telégrafos Ciudad Real-Malagón y existía una plaza de telefonista municipal, dotada con el salario
anual de 638 pesetas y 75 céntimos, equivalente a la cantidad de 3,83 euros
actuales (BOPCR, de fecha 8 de enero de 1919).
En todo caso, del
análisis de los datos de la epidemia se puede observar un índice de afección en
Fernán Caballero superior a municipios como Malagón y Carrión de Calatrava.
Afortunadamente,
Fernán Caballero no apareció como titular de episodios fatídicos, como los
hechos acaecidos en El Torno, donde falleció una familia entera, dejando a un
niño huérfano, en Porzuna (“En Porzuna murieron once enfermos en dos días. La
consternación del vecindario. Un padre y un hijo fallecen simultáneamente”,
El pueblo manchego, 10 de octubre de 1918), en Tomelloso o en Guadalmez (“de
la aldea de Guadalmez llegan gritos de angustia, pues la epidemia causa
estragos en dicha localidad careciéndose de médico, farmacia y desinfectante”).
Aunque es posible que
la inexistencia de noticias pudiera deberse a la ausencia de corresponsal o
colaborador por parte del diario provincial en Fernán Caballero.
En total, según la
edición de El Pueblo Manchego, en 21 de noviembre de 1918, la cifra de
fallecidos en la provincia ascendió a 1.095, sólo en ese brote.
La cifra exacta de
fallecidos en Fernán Caballero, a causa de la gripe, es complicado conocerla,
sin estudiar las defunciones inscritas en el Registro Civil, lo que, desde mi
punto de vista, implica un desequilibrio entre la publicidad del registro y el
derecho a la intimidad, al honor y a la dignidad de las personas.
Los censos de
población se realizaban por parte del Instituto geográfico y estadístico cada
diez años, disponiéndose sólo datos relativos a los años de 1910 y 1920; con lo
cual, es difícil calcular la incidencia que pudo tener en la población.
Por último, el
Instituto geográfico y estadístico publicaba los datos relativos a defunciones
y sus causas producidas en la capital de provincia mensualmente, pero no lo
hacía en el caso de pequeños municipios, como Fernán Caballero.
En enero de 1919, se creía desaparecida casi por completa la epidemia en la
provincia de Ciudad Real (El Pueblo Manchego, 9 de enero de 1919).
EL SISTEMA SANITARIO
DE FERNÁN CABALLERO Y LO QUE PASÓ CON EL BOTICARIO
En los últimos años del siglo XIX, la asistencia sanitaria de Fernán
Caballero venía siendo ofrecida por un único médico-cirujano. En los primeros
años del siglo XX, con el aumento de población, se llegó a requerir de la
presencia de otro.
Años
|
Médicos
|
|
Entre
1885 a 1888
|
José
Herrera Fernández
|
|
Entre
1904 a 1908
|
Mariano
Esbrí
|
Darío
Crespo
|
Médicos en Fernán Caballero.
Elaboración propia. Fuente: Anuario (Biblioteca
Nacional España).
A finales del siglo XIX, la plaza de médico de
Fernán Caballero era dotada con 1.000 pesetas anuales, provenientes de fondos
municipales. El objetivo principal del médico era la asistencia de las familias
más desfavorecidas. A este sueldo, se le sumaba “el igualatorio” que el
médico hacía con el vecindario y que oscilaba entre 1.500 y 1.750 pesetas
(entre 9 y 10,50 euros). Esto consistía en una asociación entre el médico que
venía a Fernán Caballero y los vecinos, en la que éstos, mediante el pago de
una cantidad fija mensual, recibían la asistencia sanitaria. Ésta se ofrecía
bien en la casa del médico, bien en el domicilio del paciente. El primer
consultorio de salud de Fernán Caballero no se habilitaría hasta la década de
los ochenta.
No se ha podido confirmar que en 1918, en plena
epidemia, siguiera habiendo dos doctores. Sí se puede confirmar, por diversas
fuentes, que ese año Mariano Esbrí seguía ocupando el puesto:
“Elegante farmacia
dotada de cuantos productos encierra la farmacopea, específicos y cuantos
adelantes modernos que revelan exquisitez y el interés de su dueño farmacéutico
D. Gabriel Fernández Mayorales, que en unión del sabio doctor D. Mariano Esbrí,
secundan a los fernanducos que con hereditario amor y entusiasmo a su patria
chica desvélanse en bien del pueblo, de su sana administración y del fomento de
la cultura de sus vecinos” (Vida manchega 16 de abril de 1914).
La asistencia sanitaria podía complementarse con
una serie de centros benéficos y sanitarios en la capital de provincia,
dependientes de Diputación Provincial de Ciudad Real, como eran el Hospital de
Nuestra Señora del Carmen, la Casa de Expósitos, la Maternidad de San José y la
Casa de Misericordia de San José u Hospicio.
Asimismo, durante la pandemia se construyeron hospitales
provisionales o lazaretos. Son ejemplos los de Porzuna y Ciudad Real.
En Porzuna, “El
Inspector de Sanidad de acuerdo con el Gobernador, que previamente había
gestionado el permiso de la Jefatura de Obras Públicas, indicó y ordenó la
necesidad de utilizar como hospital una casilla de peones camineros inmediata a
Porzuna. Mas como ésta podrá albergar cuatro o seis enfermos solamente, se
acordó construir con toda urgencia una amplia barraca o tienda de campaña” (El Pueblo Manchego, 10 de octubre de 1918).
En referencia a Ciudad Real, “el alcalde ha manifestado los periodistas que mañana
darán comienzo los trabajos para la construcción del lazareto que se
establecerá en la Puerta de Alarcos, donde iban a construirse las casas baratas” (El Pueblo Manchego, 9 de octubre de 1918).
Por otra parte, la capital contaba con un
Laboratorio Provincial de Higiene y Sanidad, único centro capacitado para
producir sueros, vacunas, realizar análisis, entre otras funciones. Los Ayuntamientos que
se acogiesen a sus servicios debían de consignar una partida en sus
presupuestos municipales para su sostenimiento. Además, Diputación Provincial
también contribuía al mantenimiento del mismo.
Público afluyendo al Laboratorio Provincial de Higiene en Ciudad Real, para recibir la vacuna gratuita, con que prevenirse a la epidemia de viruela que también había hecho acto de presencia en la ciudad (Vida manchega, 25 de septiembre de 1918).
Público afluyendo al Laboratorio Provincial de Higiene en Ciudad Real, para recibir la vacuna gratuita, con que prevenirse a la epidemia de viruela que también había hecho acto de presencia en la ciudad (Vida manchega, 25 de septiembre de 1918).
El Gobierno Civil, por su parte, suministraba
quinina, medicamentos, desinfectantes y tiendas de campaña a los municipios que
así lo necesitaban, así como dinero en metálico que los Ayuntamientos
distribuirían para socorro y auxilio de los epidemiados, debiendo,
posteriormente, justificar el reparto con la conformidad del Sr. Cura Párroco y
Juez Municipal de la respectiva localidad (BOPCR, de 13 de
noviembre de 1918).
Por aquella época, como indica el preámbulo de la
actual Ley General de Sanidad, el marco legislativo sanitario viene dado por la
Ley de 28 de noviembre de 1855. “Esta
Ley extenderá su vigencia durante una larguísima época, aunque no en razón a
sus excelencias, sino a la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre un nuevo
texto de Ley sanitaria, cuya formulación se ensaya con reiteración durante los
últimos años del siglo pasado y primeros del presente, sin conseguir definitiva
aprobación. Ante la imposibilidad de sacar adelante una Ley nueva, la reforma
siguiente se establece por Real Decreto, en concreto por el de 12 de enero de
1904, que aprueba la Instrucción General de Sanidad”.
Anteriormente,
en virtud de la Real Orden de 18 de enero de 1849 se habían creado las juntas
municipales de Sanidad permanentes en toda España (La Gaceta de Madrid, 25 de
enero de 1849), compuestas, según su artículo 6, por: “el
Alcalde-Presidente, dos individuos del Ayuntamiento, dos vecinos, el Cura
párroco y dos profesores de medicina o de cirugía si no hubiese de los primeros
en la población.”
Por
similitud con municipios cercanos y en situaciones contemporáneas, la Junta
Municipal de Sanidad en Fernán Caballero, podría estar formada por:
- El
Alcalde-Presidente, puesto que desde mayo de 1918, venía desempeñando Julián
Márquez.
- El Teniente de
Alcalde.
- El médico.
- El farmacéutico.
- El párroco.
- El maestro.
Cuando en octubre de
1918 la epidemia había llegado a Fernán Caballero, El Pueblo Manchego, con
fecha del 19, manifestaba: “El alcalde ha impuesto quince días de suspensión
al farmacéutico titular Sr. Fernández Mayorales por abandono de destino en
tiempo de epidemia, sin permiso y sin dejar sustituto”.
Sin embargo, el 7 de
febrero de 1919, la Junta Provincial de Sanidad tomaba el siguiente acuerdo: “Condonar
la corrección impuesta por la alcaldía de Fernán Caballero al farmacéutico
titular Sr. Mayorales, pero apercibiéndole enérgicamente de que en caso de
volver a ausentarse de la localidad sin permiso de la alcaldía será multado, y
de hacerlo en caso de epidemia con declaración oficial, destituido” (El
Pueblo Manchego, 8 de febrero de 1919).
No obstante, en enero
de 1919, el boticario había renunciado a su plaza de farmacéutico titular de
Fernán Caballero, abriéndose un concurso para cubrir la misma (BOPCR, 21 de
febrero de 1919). La plaza estaba dotada con el salario anual de 400 pesetas
(2,4 euros) por residencia y prestación de servicios sanitarios y los
medicamentos que suministrase a treinta familias pobres se satisfarían
valorándose por la tarifa aprobada por Real orden de 15 de septiembre de 1906.
Los concursantes debían pertenecer al Cuerpo de Farmacéuticos Titulares.
En cuanto a la
incidencia de la gripe en los municipios, opinaba El Pueblo Manchego, en su
tirada del 10 de octubre de 1918, que la mucha higiene y abundante alimentación
eran el mejor remedio contra la misma. “En el primer pueblo la epidemia (en
referencia a Porzuna) ha hecho los estragos que anteriormente relatamos porque
en las viviendas donde se cebó habitan familias enteras hacinadas, en un mismo
recinto, donde tienen acogida la carne de tasajo, las frutas en conserva, los
cereales almacenados, vivero permanente de bichos, gusanos, mosquitos y
microbios […].
En cambio en Picón,
donde vimos amplias habitaciones, individuales todas ellas, limpias y pulcras,
jalbegadas con cal; la epidemia es benigna y de los enfermos ni uno solo
presenta caracteres de gravedad”.
Es complicado definir
qué estilo urbanístico tendrían las viviendas de Fernán Caballero. Vida
manchega, en fecha 16 de abril de 1914, describía así a Fernán Caballero:
“El
pueblo, de anchas y rectas calles como tiradas a cordel, ostenta edificios de
moderna construcción, espaciosos, acomodados a preceptos higiénicos y en su
mayoría provistos de jardín con la separación de graneros, pajares, bodegas y
otras dependencias inhabitables”. Parecía, por
tanto, que, por norma general, las dependencias para animales estaban separadas
de las destinadas a los humanos, encontrándose la densidad de habitantes por
vivienda entre 5 y 6.
A efectos de relacionar la adopción de medidas higiénicas con la
alfabetización, según el censo de 1920, Fernán Caballero contaba con 996 varones,
de los que 406 sabían leer y escribir, y con 999 mujeres, de las que 241 contaban
con esas destrezas. Por consiguiente, las tasas de alfabetización de varones y mujeres eran, en
consecuencia, del 40,76 % y 24,12%, respectivamente.
LAS MEDIDAS ADOPTADAS
DURANTE EL BROTE DE OTOÑO DE 1918
Las autoridades para
frenar la propagación del brote de la gripe en el otoño de 1918 adoptaron,
entre otras, las siguientes medidas:
- “El Excmo. Sr.
Ministro de la Gobernación, en telegrama de ayer me dice lo que sigue: […]
queda prohibida la importación y circulación de trapo en todas las provincias”
(BOPCR, de 14 de octubre de 1918).
- “En virtud de
haberse ordenado por la superioridad que se adopten cuantas medidas consideren
procedentes las autoridades para evitar la propagación de la epidemia reinante,
la Junta Provincial de Sanidad ha acordado se clausuren las Escuelas Nacionales
y privadas de uno y otro sexo de la capital y su provincia” (BOPCR, de 16 de octubre de 1918). Fernán Caballero
contaba con dos escuelas municipales, una para niños y otra para niñas, que
fueron, por tanto, cerradas. “Cuídanse con
laudable entusiasmo de sus escuelas para la educación de los pequeños” (Vida manchega, 16 de abril de 1914). Siendo los maestros, Enrique
Ramírez Chamero y Emilia Muñoz Palomares, con una dilatada experiencia en el
municipio, superior a treinta años.
- “Habiendo
declarado la Junta Provincial de Sanidad, con carácter oficial, la epidemia
gripal en toda la provincia, y para evitar, en lo posible, la propagación de la
referida epidemia, este Gobierno Civil, de acuerdo con la Junta e Inspección
Provinciales de Sanidad ordena a los Sres. Alcaldes de todos los pueblos de
esta provincia que prohíban la visita anual en el Cementerio, en el día de
todos los Santos, así como también mientras duren las presentes circunstancias”
(BOPCR, de 18 de octubre de 1918).
Para combatir la epidemia y sus efectos, por 1918, se recomendaba lo siguiente:
Previsiones y remedios contra la epidemia gripal (El Pueblo Manchego, 8 de octubre de 1918).
Por su parte, múltiples antídotos eran publicitados:
Antigripal (El Pueblo Manchego, 11 de noviembre de 1918).
Sin embargo, “el Ministerio de la Gobernación previene al público contra el abuso que algunos farmacéuticos realizan, vendiendo como específico, y a precios de cuatro y cinco pesetas el litro de la formula química propuesta por los facultativos oficiales, pues se trata de una fórmula con dos productos vulgares, que pueden mezclar las personas que lo deseen” (El Pueblo Manchego, 19 de octubre de 1918).
TERCER BROTE DE 1919 Y OTRO DISTINTO EN FERNÁN CABALLERO: LA FIEBRE DE
MALTA
El tercer brote de
gripe en la provincia de Ciudad Real llegó en febrero de 1919.
“¿Otra vez la
epidemia gripal? El gobernador civil tiene noticias de haber aparecido la gripe
en Almuradiel, pasando de cuarenta el número de atacados. En Argamasilla de
Calatrava. […] En la capital parece ser que se han registrado en estos días
algunos casos, de carácter leve. Damos la voz de alerta para que se adopten
precauciones”
(El Pueblo Manchego, 22 de febrero de 1919).
Si
bien este tercer brote tuvo una menor incidencia que el anterior, provocó otras
vez estragos en municipios como Viso del Marqués, Almuradiel y Santa Cruz de
Mudela. En este último, a fecha de 22 de marzo de 1919, la cifra de infectados
superaba los 800, según El Pueblo Manchego.
No
hay constancia en prensa de afección al municipio de Fernán Caballero. Sin
embargo, otra epidemia aparecería en ese municipio en marzo de 1919.
El
inspector municipal de Higiene pecuaria de Fernán Caballero, Diego Morales,
comunicaba al Gobierno Civil que el médico de aquella localidad había
diagnosticado varios casos de melitococia, o fiebres de Malta, diagnóstico que
había sido confirmado por el laboratorio.
Se trata de una enfermedad
infecciosa que se adquiere por contacto con animales infectados, especialmente cabras
y ovejas, o mediante la ingestión de productos lácteos no pasteurizados,
procedentes de estos animales.
El inicio de los casos agudos se
caracteriza por la presentación de un cuadro febril agudo, con escalofríos y malestar
general.
El Gobernador Civil, comprendiendo la gravedad que el
caso podía implicar, envió la Inspección provincial de Higiene Pecuaria a
Fernán Caballero con el objetivo de conocer las circunstancias que habían
concurrido en los infectados y realizar las experiencias necesarias en los
ganados de la localidad, si los casos diagnosticados por el médico no eran
importados.
La inspección visitó varias casas donde había
enfermos, sólo en una vivienda se habían detectado hasta cuatro. Les
correspondía a los veterinarios indagar sobre el posible origen de esos
contagios, detectándose algunas cabras enfermas.
Esto corroboró que la zona estaba invadida por esta
enfermedad originaria de Malta, con lo que los inspectores municipales de
higiene pecuaria y los de carnes tuvieron que ejercer una estrecha vigilancia sobre
las cabras de leche.
El brote no se convirtió en endémico, contribuyendo a
ello el alcalde accidental, Benjamín Borja, que puso su mayor interés para
hacer cumplir con rigor las determinaciones aconsejadas por la Inspección
provincial de Higiene Pecuaria, como así señala El Pueblo Manchego el 21 de marzo.
FUENTES DE REFERENCIA
FUENTES DOCUMENTALES:
- Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital. (http://www.bne.es/es/Catalogos/HemerotecaDigital).
- Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real.
- Centro de Estudios de Castilla La Mancha (www.uclm.es/ceclm).
- Clínica Universidad de Navarra.
- La Gaceta de Madrid (Boletín Oficial del Estado).
- Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (http://prensahistorica.mcu.es/)
- Instituto Nacional de Estadística.
REVISTAS
Y PERIÓDICOS:
- Anuario
- BBC
- ¿Qué podemos aprender de la gripe española? (https://www.bbc.com/future/article/20200302-coronavirus-what-can-we-learn-from-the-spanish-flu)
- El País
- 1918, la otra gran epidemia que no nos tomamos en serio (https://elpais.com/ciencia/2020-03-21/1918-la-otra-gran-epidemia-que-no-nos-tomamos-en-serio.html)
- El Pueblo Manchego
- La Tribuna de Ciudad Real
- Del cólera al coronavirus: epidemias en Ciudad Real. Hilario L. Muñoz. (https://www.latribunadeciudadreal.es/Noticia/Z252DCA51-DF8E-C848-481E775D9FD0AB8D/202003/Del-colera-al-coronavirus-epidemias-en-Ciudad-Real)
- Lanza. La gripe mal llamada “española” de 1918 provocó casi 4.000 fallecidos en la provincia. (https://www.lanzadigital.com/opinion/la-gripe-mal-llamada-espanola-1918-provoco-casi-4-000-fallecidos-la-provincia/)
- Vida Manchega
ARTÍCULOS
- La pandemia de gripe española y otras crisis demográficas en Daimiel. Estudio cronológico y estadístico. Mariano José García-Consuegra García-Consuegra.
- Una tragedia olvidada: la pandemia de gripe de 1918 en Daimiel. Mariano José García-Consuegra García-Consuegra.
BIBLIOGRAFÍA
- JIMÉNEZ RUIZ, Alberto y María Patrocinio. Fernán Caballero y su historia. Desde su fundación hasta los inicios del siglo XIX. Instituto de Estudios Manchegos. 2017.
- JIMÉNEZ VILLALTA, Enrique. Epidemias y salud. Ciudad Real: del cólera de 1883 a la gripe de 1918. Diputación Provincial de Ciudad Real. 2013.
- VELASCO FRIGINAL, Francisco. CONÓCEME: la historia de un embalse en Fernán Caballero. Editorial Círculo Rojo. 2016.
Gracias por toda esta información e historia, gran trabajo el tuyo.
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarExcelente articulo, Fran
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado.
EliminarEnhorabuena muy interesante.En efecto en 1918 solo había un médico en FC pues Darío Crespo el otro médico falleció en 1911 el director provincial de sanidad se llamaba don Federico Fernández Alcázar y fue precisamente en esa época en el 19 el fundador del colegio de médicos de Ciudad Real y también del paso semana Santa de Ciudad Real del Cristo del perdón y en las aguas también conocido como el de las tres cruces qué fue destruido durante la guerra civil. Cuando tengamos oportunidad tenemos que hablar del tema y de los personales que mencionas con la intención de ampliar algo el tema que es muy interesante y de las fiebres de Malta y del vibrio cholerae seguro que merecerá la pena reitero mi felicitación
EliminarMuchas gracias, especialmente, por las aportaciones.
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