A pesar de que pasen los años, determinadas tradiciones se siguen
manteniendo intactas en los pequeños pueblos de la geografía española. Fernán
Caballero, en la provincia de Ciudad Real, es un claro ejemplo de ello.
Con tributos a San Agustín, el 28 de agosto, el municipio manchego se ha
venido caracterizando, desde más de un siglo, por dos elementos claves en la
celebración de sus fiestas: la pólvora y los toros.
Unas fiestas, cuya repercusión, ya antes del siglo XX, llegaba más allá
de los límites estrictamente municipales,
a través de la prensa regional y nacional. Es esa misma prensa la que
describe detalladamente aquella sociedad que perteneció a los antepasados de los
que hoy viven o visitan Fernán Caballero.
EL PATROCINIO DE
SAN AGUSTÍN
Dicen las Relaciones Topográficas de Felipe II (1568) sobre Fernán Caballero que: “Guárdase en
esta villa por voto la fiesta de San Agustín y votóse porque el Señor nos
guardase los panes y frutos de la langosta que la había en aquel tiempo mucha”.
Se parte entonces de la idea de que, ya anteriormente al siglo XVI, se venían
celebrando tributos en honor de San Agustín en el municipio manchego de Fernán Caballero.
Existe otra localidad en la provincia,
Villahermosa, en la que “es día de
guardar el día de San Agustín, tiene vigilia y votóse por la langosta”. Por
tanto, queda de manifiesto la atribución de poder a San Agustín para combatir estas
plagas.
Según el Anuario de 1904, el municipio
ciudadrealeño celebra fiestas los 28 y 29 de agosto. El primer día, festividad del
patrón; el segundo, para que tuvieran lugar los encierros.
En cuanto al otro copatrón de Fernán Caballero, San
Sebastián, no hay constancia, ni en las mencionadas Relaciones Topográficas ni
en los Anuarios de datos, que avale su celebración por aquellos años. En otros
municipios de la provincia, como Albaladejo, Alcoba o Alhambra, ya desde el siglo XVI, sí se
imploraba la intercesión del mártir cristiano para detener la peste.
Pólvora y encierro, los elementos claves
En las fiestas que se celebran en este pueblo en honor de San Agustín, son la pólvora y los toros dos principales
referentes, desde hace más de un siglo.
“Pólvora a
tutiplén y encierro. Si en Fernán Caballero suprimen la pólvora y el encierro
de los toros al etilo de Pamplona, los vecinos protestan y hacen huelga de las
fiestas. Son dos cosas: los cohetes y el encierro que esperan cada año, como
algo insustituible. Mejor diríamos que esperamos, pues se juntan en tan
simpático y bellísimo pueblos tantos vecinos como huéspedes de la capital que
conocemos tan tradiciones festejos y nos gusta presenciarlos. La víspera de San
Agustín y durante la procesión del patrón, es tal la cantidad de pólvora que se
quema, tanto en cohetes como en “castillos” de artificio, que el espectáculo es
digno de contemplarse y en cuanto al encierro, tan antiguo y tradicional como
los celebrados en Navarra, se dan tan sólo en Fernán Caballero, Almodóvar del
Campo y algún otro pueblo de Mancha, y ello hace que el recorrido de las
vaquillas o novillos se vea materialmente inundado de varios miles de personas”
(Artículo “Pólvora y encierro en Fernán
Caballero”, diario Lanza, 28 de agosto de 1956, por Ramírez Morales).
La feria
El llamado Real de la Feria se ubicaba en la actual calle
Rafael Gasset, denominada antiguamente calle de la Feria (Instituto Geográfico Nacional, 1883) hasta
septiembre de 1900, año en que, con motivo de la visita del entonces Ministro
de Agricultura para inaugurar las obras de la presa en el municipio, fue
reemplazado por el nombre actual (Revista de Obras Públicas, número 1.305, 27
de septiembre de 1900).
Así se justifica, a modo de ejemplo, en la sesión
plenaria del Ayuntamiento de Fernán Caballero de 21 de agosto de 1935, que
acordaba por unanimidad lo siguiente: “que
las casetas y barracas que se acerquen con motivo de las fiestas locales se
instalen en toda la calle de Rafael Gasset y que los cafés y bares puedan sacar
sus veladores a las aceras pero sin que éstas sean cortadas por vallas”.
Juan Gómez Castañeda, en su libro “Viaje de turismo
interior. Fernán Caballero y viceversa”, también hace alusión a aquel Real de
la Feria: “Desde la plazoleta que se configura
en su intersección diagonal con la Real, donde desemboca, hasta su
estrechamiento antes de su arranque en la plaza, la calle […] daba acogida a
las casetas, barracas y atracciones de feria que se instalaban en el pueblo en
las vísperas de la festividad del santo patrón”.
Hacia finales de los sesenta, la feria sería
traslada a la calle Estación, ubicación actual.
Las tallas de San Agustín
Sólo en el siglo XX, se han conocido hasta tres imágenes distintas de San Agustín. Según la iconografía tradicional, con anterioridad al siglo XVI se representaba al santo joven y sin barba. Es, a partir de entonces, cuando se empieza a imponer el tipo patriarcal, maduro y
barbudo. A San Agustín se le puede representar indistintamente como obispo o como
monje agustino con el hábito negro y un cinturón de cuero. En el caso de Fernán
Caballero, las tres tallas conocidas siempre lo han representado como obispo. Asimismo,
en el otro municipio ciudadrealeño, Villahermosa, que se acoge a su protección también se le
representa de la misma manera.
En relación a la primera de las tallas que se conoce, no ha sido
posible determinar su antigüedad. Sí se conoce que fue destruida hacia 1936. “Se han destruido todas las imágenes”
(testimonio de Maximiliano Santos, alcalde, y Tomás Segura, secretario, de
fecha 12 de mayo de 1939) y “se destrozó
la iglesia parroquial, quemándose imágenes, altares y ornamentos de culto”
(conclusiones del fiscal instructor en fecha 16 de mayo de 1945) en Causa
general de Ciudad Real, Rama separada correspondiente al pueblo de Fernán
Caballero, legajo 1027, expediente 5, incoada en virtud de la ley de 9 de
febrero de 1939 de Responsabilidades Políticas (Boletín Oficial del Estado, 13
de febrero de 1939).
Primera talla de San Agustín conocida. Desaparecida hacia 1936.
La segunda talla de San Agustín se adquiere durante las tareas de
restauración del templo religioso de Fernán Caballero, en torno a 1939-1940. “La iglesia parroquial de Nuestra Señora de
Gracia […] ha sido completamente restaurada, tanto en imágenes como en
ornamentación, contribuyendo a esta obra los vecinos del pueblo y, en
particular, el General Herrera, don Pascual Crespo, don Diego Morales, don
César Crespo y muchas más personas piadosas” (Lanza, 25 de agosto de 1944). Esta talla, si bien sigue representando a San Agustín como obispo, se caracterizaba, además, por llevar en
su mano derecha, un corazón llameante, como símbolo de su total entrega a Dios. Parece deducirse que esta segunda talla tuvo que adquirirse con prisas para la celebración de los festejos.
Talla adquirida hacia los años 1939-1940. A diferencia de la anterior, lleva un corazón flameante y carece de dos atributos importantes: la pluma y el libro abierto. Se encuentra en la ermita de Fernán Caballero, desde 1989.
Pocos años después, esta segunda imagen sería reemplazada por otra
tercera, la actual, obra de los escultores valencianos José María Rausell
Montañana (1898-1984) y Francisco Llorens Ferrer (1902-1963). Ésta sí dispone de atributos similares a la primera talla, como son el libro abierto y la
pluma, como escritor y Doctor de la Iglesia. La talla actual guarda más semejanza con la primera
conocida. La imagen, en una tarea de restauración, fue repolicromada de manera no adecuada.
No obstante, en 2008, una nueva restauración la mejoró.
Talla que actualmente procesiona en Fernán Caballero. Como puede observarse, conserva atributos similares a la primera talla conocida: la pluma, en la mano derecha, y el libro abierto, en la mano izquierda.
La obra de Rausell y Lloréns está repartida por toda España, y muy especialmente, en Ciudad
Real y algunos municipios de su entorno. Para la misma capital de provincia, tallaron: el grupo escultórico del
Misterio de El Encuentro (1946), la Virgen del Mayor Dolor (1944) y el Cristo
de la Buena Muerte (1947) de la Hermandad del Silencio; las imágenes de los
Apóstoles del retablo de la Catedral destruidas durante la guerra (1947 - 1954);
la imagen de la Virgen de Alarcos (1949) y la imagen de la Virgen del Prado
(1950).
La circunstancia que se dio en Fernán Caballero de conocer tres tallas diferentes de patrón a lo largo del siglo XX encuentra
similitud con la Virgen de Alarcos, patrona de Ciudad Real. En este último caso, una primera talla fue destruida durante la Guerra Civil, una
segunda se realiza entre 1939-1940 y la actual es esculpida por Rausell y Lloréns
en 1950.
La Hermandad
Como se refiere en "Fernán Caballero y su historia.
Desde su fundación hasta los inicios del siglo XIX": “en Fernán Caballero, según
el Censo mandado realizar por el Conde de Aranda al Conde de Banajiar en 1770,
existían dos cofradías y hermandades: la del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y
la del Santísimo Sacramento. […] Ambas Hermandades del Santísimo y de la Vera
Cruz eran muy antiguas y ya son nombradas en las visitas pastorales que se
hacían desde Toledo. Así, en 1689, don Antonio de los Cabrios las nombra […] ”.
Asimismo, el párroco, Pablo Martín Romo, de Fernán Caballero, en relación a los archivos perdidos
durante el periodo 1936-1939, indica: “lo desaparecido de este Archivo
Parroquial […] y destruido fue lo siguiente […] dos libros en pergamino de
actas de la Hermandad de la Vera Cruz comprendiendo desde el año 1654 al 1726
con profusión de datos y notas muy curiosas y de gran valor histórico
considerados como lo de más valor histórico que existía en la localidad”. No
aparecen, aún, referencias a una Hermandad de San Agustín.
La
Hermandad de San Agustín y San Sebastián se organiza hacia el año 1923,
apareciendo una primera referencia en prensa al año siguiente: “por la tarde será sacada la imagen procesionalmente por las calles de
costumbre, acompañará la hermandad en pleno” (El Pueblo Manchego, 1 de
septiembre de 1924). Veinte años después, el número de hermanos ascendía al
centenar, cifra muy exigua si se comparase con la actual. "[...] constituida su
Hermandad a la que pertenecen en número aproximado del centenar” (Lanza, 25 de
agosto de 1944).
Durante la Segunda República, en aplicación del
artículo 27 de la entonces vigente Constitución de 1931, “las manifestaciones
públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno”.
No se tiene constancia, por escrito, de que ninguna procesión de San Agustín no
fuera autorizada entre los años 1931 y 1935. Es más, en esta cuestión, la
relación, entre los distintos Gobernadores civiles y las autoridades locales de
Fernán Caballero, fue fluida: “Hemos
llegado a este cargo con una bien centrada decisión de amparo y respeto para
todas las ideas, y reciente está el caso de la procesión celebrada con nuestro
permiso en Fernán Caballero, autorización basada en la garantía de orden
ofrecida por aquella Alcaldía” (palabras de Ramón Fernández Mato,
Gobernador civil de Ciudad Real, en La Voz, 19 de julio de 1932).

Interior de Iglesia de Nuestra Señora de Gracia. Años 40. En el altar, San Isidro, a la izquierda, San Sebastián, a la derecha. En antealtar, a la derecha, sobre andas, San Agustín. Fotografía de D. Sebastián Morales Torres.
Días de licencia
Las ferias y fiestas de Fernán Caballero, con
corridas de toros, música, verbenas, fuegos artificiales, atracciones y
festejos suponían un alto en las labores agrícolas (Lanza, 25 de agosto de
1944).
A modo de ejemplo, para 1935, se habían declarado
festivos los días 28, 29 y 30 de agosto (Sesión plenaria del Ayuntamiento de
Fernán Caballero, 7 de agosto de 1935). Hasta entonces, no se ha encontrado
ninguna referencia en relación a que el día 20 de enero, festividad del otro
actual patrón San Sebastián, fuera declarado día festivo. Es más, era un día de plena actividad administrativa (Sesión plenaria del Ayuntamiento de Fernán Caballero,
20 de enero de 1940).
LOS ENCIERROS EN FERNÁN CABALLERO POR SAN AGUSTÍN
Tradicionalmente, se dice que los festejos taurinos
se han venido celebrando en la localidad desde 1850 aproximadamente.
Antiguamente, los festejos taurinos se componían de
dos actos.
Por una parte, los toros, acompañados de ganado
manso y hombres a caballos, venían desde la ganadería a través del campo y
entraban en el municipio, donde los vecinos ayudaban a que el ganado
discurriese por las calles.
Por otra parte, la lidia que tenía lugar al día
siguiente en una plaza pública construida en el municipio, bien en lo que es
hoy la Plaza del Ayuntamiento, bien en un corral de titularidad privada. “Hay
quien recuerda, como es el caso de Nemesio Morales, que hace más de sesenta
años los toros eran llevados con caballos al pueblo. Entonces se lidiaban en
una plaza construida con carros en un corral” (Lanza,
31 de agosto de 1993).
En las Relaciones Topográficas de Felipe II (1568)
no se realiza alusión a que se corran toros en Fernán Caballero.
Una de las primeras noticias, alusiones en prensa,
que se encuentra en relación a los toros, como así se refleja en “Fernán
Caballero y su historia. Desde su fundación hasta los inicios del siglo XIX” es
con motivo de la ruptura de un cordón sanitario que habían establecido los
vecinos de Fernán Caballero, siendo roto por los de Malagón, que acudieron al
encierro de las Fiestas de San Agustín:
“Varios
vecinos de los pueblo de Malagón, Carrión y Fernán Caballero, en una función de
toros habida en el último de dichos pueblos […]” (Diario Español, 2 de
septiembre de 1854).
En 1889, Fernán Caballero vuelve a ser noticia en
prensa nacional por un suceso que ocurrió durante la celebración de éstos:
“En la corrida de novillos que con motivo de la festividad de San
Agustín se celebró el jueves último en la inmediata villa de Fernán Caballero
ocurrió un suceso lamentable, que pudo ser origen de gran número de desgracias.
Uno de los tablados levantados para presenciar el espectáculo, y que se
hallaba totalmente ocupado por hombres solos, en su mayoría jóvenes, se
derrumbó con estrépito, produciéndose una confusión espantosa.
Afortunadamente, el novillo que se lidiaba estaba bastante apartado y se
logró fácilmente echarlo al corral, evitando así lo que puede suponerse si la
fiera arremete contra la masa de carne humana que se debatía en el suelo entre
las astillas y maderas del tablado.
Sin embargo de todo, resultaron varios contusos, aparte del susto
consiguiente”
(La correspondencia de España, lunes de 2
septiembre de 1889).
Las fiestas de Fernán Caballero, especialmente por
sus encierros, llegaron más allá de los límites del pueblo,
reflejándose en periódicos regionales, como El Pueblo Manchego, La Libertad, y
nacionales, como ABC o La Nación.
“Aumenta por momentos la
animación despertada, en toda la provincia por el anuncio de las magníficas
novilladas que con motivo de las fiestas de San Agustín habían de celebrarse en
Fernán Caballero. Está realmente justificada esa expectación para las fiestas
taurinas que se verificarán en el vecino pueblo, constituyen un alarde excepcional
de organización, de desprendimiento y entusiasmo por parte de la Empresa que ha
organizado unas carteles que merecen servir de ejemplo y ser motivo de envidia
para muchas capitales de mayor abolengo taurómaco. […] Los novilleros
constituyen en los carteles de Fernán Caballero una atracción insuperable no
igualada por el de las fiestas taurinas de ningún otro pueblo. Entusiasmo,
generosidad y amor a la patria chica puestos de relieve de la Empresa de Fernán
Caballero y a los que estamos seguros que la afición de toda la provincia
corresponderá cumplidamente” (El Pueblo Manchego, 30 agosto 1930).
“En Fernán Caballero. Los
novillos de Flores resultaron buenos. Litri II estuvo toda la tarde muy
valiente, toreando superiormente. Banderilleó con verdadero arte y tras de de
buenas y valientes faenas de muleta, mató pronto y bien. Cortó dos orejas y un
rabo. Félix Rodríguez II toreó artísticamente y fue ovacionado. También cortó
orejas” (La Libertad, 31 de agosto de 1930).
“En Fernán Caballero se lidió ayer ganado de Ceballos, resultando mandos
los dos primeros y bravos y nobles los dos últimos” (ABC, 2 de septiembre de
1930).
“En la novillada de feria celebrada ayer en el pueblo de Fernán
Caballero, en la que se lidiaron reses de Eizaguirre, fue cogido por el tercer
novillo el espontáneo Apolonio Camarena, resultando con una cornada en la
región lumbar de pronóstico grave. Después de curado en la plaza fue trasladado
al Hospital Provincial” (La Nación, 30 de agosto de 1934).
En ocasiones, hubo más de un día de encierro, e
incluso más de dos animales por día.
“Visto el oficio de esa Alcaldía, fecha 7 del
actual, solicitando de mi autoridad, la correspondiente autorización, para
celebrar en esa plaza pública, habilitada al efecto, una capea en cada uno de
los días 29 y 30 del corriente mes, y con motivo de las fiestas que en esa
localidad han de celebrarse […]” (Oficio del Gobierno Civil de la provincia de
Ciudad Real, 12 de agosto de 1927).
Frecuentemente, la lidia se llevaba a cabo en la plaza de la
Iglesia, hoy conocida plaza del Ayuntamiento. Entonces era un espacio abierto
sin árboles, bancos o fuentes. Era muy usual la celebración de capeas en las
plazas del pueblo.
Sin embargo, mediante Real Orden de 5 de febrero de
1908 (Gaceta de Madrid, nº 37, 6 de febrero de 1908), se prohíbe que se
corran toros y vaquillas ensogados o en libertad por las calles y plazas de las
poblaciones. En los lugares donde no hubiera plaza de toros permanente
destinada al efecto, como era Fernán Caballero, se permitía que el Gobernador
civil de la provincia autorizara la celebración de corridas de toros, teniendo
en cuenta las circunstancias de cada uno de los lugares y las conveniencias del
orden público, siempre que los locales que provisionalmente se habilitasen
fueron apropiados al objeto y reuniera condiciones de seguridad. Entre otros
extremos, las plazas provisionales debían estar acreditadas mediante
reconocimientos periciales y se debía establecer un servicio sanitario
suficiente para la asistencia de los lidiadores que resultaran heridos o
lesionados.
Pese a la existencia de esta Orden, no se acabó con
la costumbre de celebrar capeas en los pueblos, llegando a ser frecuente que,
con la complicidad de la Autoridad local y de los técnicos que debían de
informar, se fingiera la existencia de las condiciones que habían de reunir los
lugares destinados a estos espectáculos taurinos, a fin de obtener la
autorización del Gobernador civil de la provincia.
Con la llegada de la Segunda República, para acabar
con esta costumbre calificada de “bárbara e inhumana”, por razones de humanidad
y porque el nuevo Gobierno de la República tenía que cumplir una misión de
cultura, el Ministerio de la Gobernación dicta Orden de 28 de agosto de 1931
disponiendo que los Gobernadores civiles cuiden del exacto cumplimiento de lo
mandado en la Real orden de 5 de febrero de 1908, declarando que las corridas
de toros sólo podrán celebrarse en circos construidos de fábrica de modo
permanente, y que los Gobernadores civiles procedan a la inmediata destitución
de los Alcaldes que autoricen la celebración de capeas en plaza y calles de las
poblaciones o de corridas de toro en locales que no reúnan las condiciones
marcadas (Gaceta de Madrid, nº 241, de 29 de agosto de 1931).
En aplicación de la misma, y como consecuencia de
no haber cumplido alguna de las condiciones establecidas en la Real orden de
1908, al alcalde Eloy Víctor Morales (1931-1933), se le llegó a incoar un
expediente para su cese. Fue durante sus primeras fiestas patronales, agosto de
1931, cuando el Gobernador Civil había decretado su destitución y multado con
250 pesetas al resto de concejales por haber autorizado la celebración de una
capea en la plaza del pueblo, con motivo de las fiestas patronales de San
Agustín (La Voz, 15 de septiembre de 1931). No obstante, el cese solo se recoge
en prensa escrita, sin que se haya podido constatar su publicación oficial. De
hecho, el alcalde Eloy Víctor Morales seguiría desempeñando su cargo hasta
enero de 1933.
Hacia la década de los cincuenta, los festejos taurinos
de la localidad manchega empezaron a celebrarse como encierros urbanos en las
principales calles del municipio, manteniéndose dicha tradición hasta el
momento, y suprimiéndose la lidia de los mismos en plaza. Una hipotética causa
de esta variación en los festejos se puede encontrar en el siguiente
testimonio:
“Los más
viejos del lugar aún recuerdan el inicio de tan curiosa tradición. Todo comenzó
hace más de 70 años, cuando las autoridades impidieron al alcalde del pueblo
celebrar una de las capeas de la fiesta en la plaza de toros. Fue tal la
indignación que produjo entre los políticos de la época semejante prohibición,
que desde entonces se decidió trasladar la celebración, fuera de la plaza, y
organizar las fiesta en las calles” (Lanza, 31 de agosto de 1995). Sin
embargo, la fecha de hace 70 años (1925) no es correcta, en tanto que, en 1950,
aún había capeas (Programa oficial de festejos, 1950, Ayuntamiento de Fernán
Caballero).
Tradicionalmente, la traída de los toros, a través
de los campos, se celebraba el día 29 de agosto. Por eso, el encierro urbano,
siguió celebrándose en esa fecha (Lanza, 30 de agosto de 1966: “Ayer tarde se
ha celebrado el Fernán Caballero su típico encierro…”). Años después, en la
década de los setenta, el encierro se trasladó al día 30 de agosto.
El encierro urbano de Fernán Caballero siempre ha
recordado a la población fernanduca cierta similitud a los Sanfermines. Por
dicha razón, a veces se definía el acontecimiento como “Encierro al estilo de
Pamplona”. En los años 80 ya se comenzó a conocer como “Tradicional encierro al
estilo fernanduco”.
El tradicional encierro, dotado de muchas
peculiaridades: el recorrido libre de los toros por las calles, el transcurso
del encierro, la figura del carro... permite que en 2012 se le otorgue por
parte de la Dirección General de Turismo y Artesanía de Castilla-La Mancha el
título de Fiesta de Interés Turístico Regional (Diario Oficial de Castilla-La
Mancha, número 175, 6 de septiembre de 2012).
Programa oficial de festejos. 1942.
Programa oficial de festejos. 1950.
LA CELEBRACIÓN DE LAS FIESTAS EN LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX
Con las siguientes referencias a distintos artículos de El Pueblo
Manchego, se podrá conocer una descripción detallada de cómo eran aquellas
fiestas de San Agustín en las décadas de los años veinte y treinta.
27 de agosto:
“Para inaugurar tan simpática fiesta, a las 7 de la
tarde del día 27 las campanas de la Parroquia con sus volteos, lanzaron al aire
sus sonidos anunciando la proximidad de su gran día para este pueblo.
A las diez de la noche, llegó la banda de música,
que en Miguelturra dirige el profesor Sr. Tercero, compuesta de dieciocho
individuos, la cual entre árbol y árbol de los cuatro castillos de fuegos
artificiales quemados, tocaron variadas y escogidas piezas de su repertorio; de
pirotécnico actuó el Sr. Barrera, de Almagro”. (El Pueblo Manchego, 1 de septiembre de 1924)
En relación a la banda de música, siempre foránea,
refiere Luis Dorado en su libro "Apuntes para la historia de Fernán Caballero":
“el alguacil los va alojando en casas particulares donde les darán desayuno,
comida, cena y cama durante los días de fiesta”.
28 de agosto:
“El día 28 a las siete de la mañana, la gran diana
tocada por la expresada banda fue despertando a su paso por las calles, la
alegría y buen humor de todos los vecinos.
A las diez de la mañana y con asistencia de parte
de las autoridades civiles y militares de la localidad, se celebró solemne
función religiosa en honor a nuestro querido Patrón San Agustín; ofició el
Párroco don Ramón Marina Marina, ocupando la sagrada cátedra el elocuente
orador sagrado don José Giménez Manzanares […]
Por la tarde a las siete fue sacada en procesión la
imagen de San Agustín, acto que como en años anteriores constituyó una gran
manifestación de cariño y fe al Santo, quemándose durante toda su carrera por
las calles, infinidad de preciosos fuegos artificiales así como cohetes que los
devotos ofrecen a su Patrón.
A la entrada del Santo en la Iglesia el entusiasmo
llega a lo infinito y según costumbre- cada día más exagerada – elevan el Santo
a lo alto y le dan la mar de vueltas por la plaza, con grave peligro de dejarlo
una vez de caer y romper la imagen.
Por la noche, tanto en el Casino de Fernán
Caballero, como en el Nuevo Club, se celebraron grandes bailes de sociedad,
asistiendo numeroso y escogido público de ambos sexos, viéndose en ambos
salones muchas señoritas forasteras que en estos días nos honran con su
presencia y hermosura” (El Pueblo
Manchego, 1 de septiembre de 1924).
Salida de la procesión de San Agustín, con la banda de música en primer plano. Fecha anterior a 1933. Fotografía cedida por Dª María Eugenia Pérez Dorado.
“En Fernán Caballero se celebrarán animadas
fiestas con motivo de la festividad del patrón San Agustín, se celebrarán
solemnes funciones religiosas, estando encargado de la oración consagrada el
beneficiado de esta S.I, Pastoral D. Salomón Buitrago” (El Pueblo Manchego, 27 de agosto de 1914).
“El día 28 por la noche se celebró en el Casino de Fernán Caballero un
animadísimo baile, donde el principal encanto estuvo concentrado en la simpatía
y en la belleza de sus mujeres que siempre amables tienen a flor de labio una
sonrisa, para ofrecerla en saludo al forastero. Entre las lindas señoritas que
había allí conocimos a Ignacia, Isabel y Palmira Morales, Josefa y Elvira Vera,
Manolita Rueda, Esperanza y Herminia García, Pilar Salcedo, Emilia Ruiz,
Teodora y Matilde Torres, Blasa y Dionisia Estrada, Valeriana Gómez, Piedad y
Carmen Hervás, Margarita y María Castañeda, Susana Huertas, Amelia Morales,
Conchita y Flora Oliver, Claudia Santos y algunas más cuyos nombres ignoramos” (El Pueblo Manchego, 30 de agosto de 1921).
En la transcripción literal se puede apreciar el
lenguaje machista empleado en aquella época, con referencias a la mujer como: “linda”, “en la simpatía y en la belleza de sus mujeres que siempre amables
tienen a flor de labio una sonrisa”, entre otras expresiones. En la
siguiente, podría quedar de manifiesto la atribución a la mujer del
rol de tener que agradar al varón: “en grata compañía de las chicas, que con
sus sonrisas armoniosas y sin par alegría, ponen una nota más atractiva a las
ferias” (Lanza, 25 de agosto de 1944).
Foto familiar junto a San Agustín. Años cuarenta. En el centro, el párroco Pablo Martín Romero. Fotografía familia Velasco Friginal.
Procesión de San Agustín. Fotografía de Dª Margarita Morales Castañeda.
Procesión de San Agustín. Fotografía de D. Tomás Guerrero Vera.
29 de agosto
“Ayer se celebraron capeas para divertimiento del pueblo y durante las
cuales se hizo una colecta para los soldados que pelean en África por los
señores don Visitación Estrada, alcalde, don Clemencio Morales, segundo
teniente alcalde, D. Ricardo Muñoz y el Veterinario D. Diego Morales,
recogiéndose 78 pesetas. Esta colecta será ampliada con donativos" (El Pueblo Manchego, 30 de agosto de 1921).
“El 29 por la mañana y a estilo de Pamplona se
efectuó el encierro de las reses, que por la tarde fueron lidiadas,
presenciando la mar de pasillos cómicos que tanto los toreros como las toreras
que lo presenciaban, causaron con sus chillidos y carreras por las calles del
pueblo, quedando este terminado, tras mucho trabajo a las 12 del día.
Aún cuando la capea estaba anunciada para las
cuatro, no sabemos si debido a no haber llegado los espadas contratados – que
por fin no llegaron –o por darles algún descanso más a las reses que para los
grandes “ases” que tanto de este pueblo como de los de Malagón y Carrión se
entendieron con ellos, resultaron muy chiquitos de sangre sí, pero fuerza no,
la corrida empezó a las cinco llegando la impaciencia del público a lo último y
aun cuando no había derecho a reclamar el dinero de la entrada se tomaron
varios altercados resultando un individuo de ésta y otro de Malagón con la
cabeza rota a garrotazos, teniendo que intervenir la Guardia Civil para
apaciguar los ánimos que estaban bastante excitados; el resto de la corrida
resultó con algunas caídas sin importancia pues como queda dicho los novillos
son muy poco para lo que aquí están acostumbrados a torear”. (El Pueblo Manchego, 1 de septiembre de 1924)
30 de agosto
“Hoy 30, la corrida con muy poca entrada, los
torillos cansados de ayer dieron poco juego no resultando ningún detalle digno
de mención.
Mañana costeada por don Amalio Vera Ruiz de esta
localidad, se celebrará una gran función religiosa dedicada a San Agustín y por
la tarde será sacada la imagen procesionalmente por las calles de costumbre,
acompañará la hermandad en pleno y durante su paso por la población serán quemados
infinidad de fuegos artificiales tirándose muchos cohetes por la juventud de la
localidad” (El Pueblo Manchego, 1 de septiembre de 1924).
“Para asistir a las fiestas de
San Agustín se han desplazado a este pueblo numerosas señoritas de la capital.
[…]
Hoy por la mañana, se han elevado, en el ferial, globos grotescos,
disparándose también, bombas de sorpresa que hacían el encanto de los
muchachos.
La banda municipal de Carrión dio un selecto concierto.
A las 6 de la tarde se ha procedido al encierro de los toros de la
ganadería de don Eloy Víctor que ha de lidiar mañana, en la plaza de carros,
construida al efecto, el torero de Ciudad Real, Grano de Oro, actuando de
sobresaliente Carbonerito”.
En este punto, hay que resaltar que la ganadería
fernanduca se había constituido el año anterior: “Don Eloy Víctor Marín,
acaudalado agricultor de Fernán Caballero (Ciudad Real) ha adquirido setenta
vacas y un semental a los señores M. de Chairac para iniciar la formación de
una ganadería de reses bravas” (La Nación, 25 de mayo de 1934).
“Hemos plagiado, hoy a Pamplona, en eso de las carreras y sustos
consiguientes a la proximidad de los astados. Las bocacalles del trayecto,
hasta la plaza, habían sido tapadas, previamente, con carros. Pero de nada han
valido tales precauciones, puesto que al entrar en el ruedo derribaron la
empalizada y escaparon al campo, presentándose, al poco tiempo, en la dehesa,
de donde los traerán mañana encajonados.
Antes habían actuado el pregonero: “Se avisa al público que se va a
proceder al encierro…”
Después de dio comienzo a interesante partido de fútbol entre una
selección del pueblo y otra de capital. Se malogró por haberse pinchado el
balón antes de terminar el primer tiempo, cuando los paisanos llevaban un tanto
de ventaja sobre los forasteros.
Por las noches, en los dos casinos (el periodista se refiere al actual,
sito en cuatro esquinas, y a otro, en Plaza de la Iglesia/Plaza de Pablo
Iglesias, hoy Plaza del Ayuntamiento) se celebran animados bailes que duran
hasta las tres y media de la mañana.
En ellos contamos a las siguientes señoritas: Emilia Muñoz, Desideria
García del Castillo, Eulalia y Enriqueta Morales, Julia Dorado, Manolita Rubio,
Angelines Díaz Santos, Mercedes Castillo, Paquita Ferrera, Tomasa, Ascensión y
Teodora Marín, Marta Ortega y María García Cruz” (El Pueblo Manchego, 30 de agosto de 1935).
Las fiestas a decir por los mismos del pueblo han estado más animadas que otros años, habiéndolas amenizado la banda provincial que dirige el Sr. Escribano” (El Pueblo Manchego, 30 de agosto de 1921).
FUENTES DE
REFERENCIA
BIBLIOGRAFÍA
- CAMPOS Y FERNÁNDEZ
DE SEVILLA, F. Javier. Los pueblos de Ciudad Real en las Relaciones
topográficas de Felipe II. Diputación de Ciudad Real. 2009.
- CARMONA MUELA,
Juan. Iconografía de los santos. Editorial Akal. 2008.
- DORADO BERNAL,
Luis. Apuntes para la historia de Fernán Caballero. 1995.
- GÓMEZ CASTAÑEDA,
Juan. Viaje de turismo interior. Fernán Caballero y viceversa. Ediciones
Llanura. 2006.
- JIMÉNEZ RUIZ,
Alberto y María Patrocinio. Fernán Caballero y su historia. Desde su fundación
hasta los inicios del siglo XIX. Instituto de Estudios Manchegos. 2017.
- VELASCO FRIGINAL,
Francisco. CONÓCEME: la historia de un embalse en Fernán Caballero. Editorial
Círculo Rojo. 2016.
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